Este retiro que hicimos en mayo de 2022 junto a Arantxa Alcubierre ha sido muy especial por varios motivos.
Ha sido mi primer retiro, algo que llevaba en la cabeza hacía tiempo, un sueño que se ha cumplido. Por lo que solo siento agradecimiento hacia Arantxa y hacia todas las personas que asistieron y por atreverme a embarcarme en esta aventura.
Los retiros siempre están presentes en mi vida. Suelo asistir a uno o dos al año. Son mi vía para recargar pilas, ese pequeño pasito para atrás para al volver dar el salto bien grande hacia delante. Esos fines de semana son Mi Momento, así, en mayúsculas, y creo firmemente que a ti también te pueden ayudar en cualquier punto o proceso de vida en el que te encuentres.
En nuestro retiro pasado, combinamos la herramienta de la fotografía terapéutica con prácticas de yoga que acompañan, armonizan y ayudan a profundizar en el autoconocimiento.
Respiramos, nos movemos, hacer fotos, que nos hagan fotos, autorretratos, compartimos vivencias en el grupo… Todo nos lleva a una combinación perfecta para descubrir un poquito más de cómo funcionamos, de nuestra esencia. Y conectar con nuestra creatividad.
La verdad que la experiencia ha sido maravillosa. Las personas que nos han acompañado han devuelto un feedback que nos llena el corazón. Han conseguido llevarse herramientas que les permiten vivir mejor, con más alegría, con más sabiduría y con más amor hacia ellas y hacia los demás.
La palabra Yoga significa unión, y ese objetivo se ha visto cumplido de sobras con un grupo enérgico, curioso, con ganas de aprender y trascender. Se han sostenido apoyado. Se creó una magia especial.
La buena comida, el entorno del alojamiento y las risas también han sido muy terapéuticas.
Os dejo unas imágenes que intentan resumir ese fin de semana. Por supuesto, lo mejor es que sientas la experiencia y te unas en las siguientes propuestas que haré.
Como nos dijo una participante, RETIRO combina las palabras RETO e IR. Todo un descubrimiento.
